Relato aportado por Rogueitor
Llevaba ya cuatro meses saliendo
con Ana una escultural morena de metro setenta de altura y unos setenta kilos.
Un día llega a mi casa y encuentra el ordenador encendido con una pagina Web en
la pantalla cuyo nombre es el foro lucha erótica, me pregunta si me gusta y con
la voz entrecortada la digo que si.
- Bueno nadie es perfecto - me
responde con una sonrisa picarona.
Pasan meses de confesarle ese
secreto y ella me mira con una luz en sus ojos que no puedo descifrar, y
mientras tanto se acerca el día de san Valentín. Yo ya la tengo su regalo
comprado pero ella me ha prometido que tendré una "sorpresa
especial", expectante a esa sorpresa intento averiguar de que se trata
pero ella no suelta nada. Llego el día y por la tarde la entrego su regalo que
es un vestido que le gustaba el cual con complicidad de una amiga suya había
comprado, ella me dirigió hacia mi regalo aun intrigado por lo que era.
Llegamos a un chalet alejado de la ciudad y entramos, tras eso me dijo que me
pusiera cómodo, lo hice aunque el salón parecía un poco espartano. A los cinco
minutos llega una pelirroja de cabellos un poco más largos que los de Ana y se
presento como Ángela, al rato se escucha un "Ángela ¿vienes?" y me
quede más intrigado aun si se podía.
Tras un tiempo sin saber si
espiar a las chicas o no escucho como Ana y Ángela me llaman diciendo que baje.
Llego a lo que parecía por la ubicación el garaje aunque estaba aislado, tenia
en todo el suelo colchonetas y un diván cerca de una de las paredes, cuando
termino de bajar empieza a sonar música de película romana y aparecen Ana y
Ángela ambas vestidas con minúsculas túnicas blancas atadas con una cuerda las
cuales dejan ver sus torneadas piernas y sus pies descalzos. Me llevan al diván
y tras sentarme me sirven un poco de bebida.
- Ahora que estas cómodo empieza
el espectáculo - dicen a la vez mirándome -. "Ave Caesar, morituri te
salutant".
Con ese saludo ambas dirigen su
mirada la una hacia la otra y empiezan a girar con las manos en garras, tras la
segunda vuelta competa se dirigen la una hacia la otra cogiéndose de las manos.
Ahí me doy cuenta que ambas son casi de la misma altura y peso además de ser
casi parecidas lo que en algunos casos suele ser señal de una pelea difícil
para ambas participantes, durante la prueba de fuerza Ana pierde un poco de
terreno, el cual tras una mirada lo recupera y hace retroceder a su
contrincante; tras unos segundos de tira afloja se separan y ambas dicen:
- Aquí se termina el teatro y
empieza lo bueno.
Vuelven a cargar pero esta vez
las manos no se dirigen hacia las manos de la rival si no a su cabellos los
cuales estaban sueltos y ondeando al aire, tras alcanzarse las manos se llenan
de cabellos rojos en los de Ana y negros en los de Ángela y se ponen a llevar
la cabeza de la rival de un lado a otro intentando además de hacer daño
conseguir que se caiga al suelo. Tras unos minutos así Ángela deja una mano en
la cabeza de mi novia y la dirige hacia el hombro que tiene la sujeción de la
túnica, Ana al ver el movimiento acepta el desafió soltando ella también una
mano buscando la túnica de la rival. Durante el intenso forcejeo las dos manos
buscan destrozar la ropa de la rival, primero se rompe la de Ángela y segundos
después la de Ana, mostrando en ambos cuerpos una figura bien contorneada y
pechos firmes. La piel de ambas amazonas empezaba a brillar aunque tal vez por
la tez mas oscura de mi novia se notase mas en ella aunque yo no estuviese
totalmente seguro, instantes después de soltar los trozos que ambas se habían
llevado de la prenda de su antagonista se lanzaron hacia adelante chocando sus
hermosos pechos y sujetándose la una a la otra en un abrazo en el cual se
mezclaba le tez mas clara de la pelirroja con la oscura de la morena formando
una especie de jing jang que intentaba devorar el uno al otro.
En un momento ambas caen y
empiezan a rodar por el suelo, tirándose de los pelos por detrás y sujetando un
pecho de su enemiga para tenerla bien sujeta, siguieron rodando durante minutos
sin que ninguna de las dos se quedase encima de la otra más que unos segundos.
En uno de esos momentos en que la amazona se coloco arriba se sentó en los
hombros de la que era mi favorita aunque la que estaba dominando tampoco era un
cardo y parecía una digna rival de quien había preparado mi regalo especial. La
dominante guerrera empezó a dirigir su trasero hacia la cara de la subyugada
pero en un momento de despiste Ana logro zafarse de la humillante sentada que
quería practicarle su rival aunque con el lance perdió lo que le quedaba de
túnica. Ambas se levantaron, mi novia se quito la cuerda que antes sujetaba la
pequeña prenda.
- Animo Ana – digo en ese
momento.
- Tranquilo tigre que esa tigresa
decorada la arena de combate – responde Ángela.
Empiezan a dar vueltas otra vez
tras ese breve descanso y el fuego de los azules ojos de mi novia arden con más
intensidad y buscan los ojos verdes de su rival, tras el momento en que fijan
sus miradas la pelirroja se lanza a por la morena la cual aprovecha para usar
su velocidad y derribarla dejándola sin lo que llevaba unos minutos siendo una
minifalda.
- Creo que la leona ha perdido
algo – contesta Ana al anterior comentario de su adversaria.
En este momento me doy cuenta de
lo especial que me esta haciendo sentir Ana, no solo me prepara una pelea si no
que lo da todo para ganarla delante mía, mientras divago ambas volvieron a caer
al suelo en un sudoroso combate pecho contra pecho sexo contra sexo en el que
están muy igualadas y ninguna quiere ceder terreno, pero durante un momento
pierden el paralelismo que llevaban y veo como Ana sujetando una pierna empieza
a presionar sus muslos contra la cabeza de Ángela la cual logra liberarla y
busca un enfrentamiento entre iguales atenazando con los miembros inferiores la
cabeza de su rival. Ambas están quietas en el suelo con las manos luchando por
conseguir un hueco por el cual pueda entrar el aire durante minutos pero tras
ese enfrentamiento Ana suelta la llave y se rinde.
Es una decepción relativa para
mí, aunque perdiese vi que dio todo en esa pelea, eso me enorgullecía y como
había visto que fue una dura pelea felicite a ambas. Tras ducharse y vestirse
tomamos un refrigerio en el chalet, durante la cena Ángela me contó que era una
antigua amiga del colegio de Ana que habían coincidido durante el verano antes
de conocernos en la playa observando una pelea, como a ambas eran aficionadas
en este mundo decidieron que cuando surgiese un buen motivo tendrían una pelea
deportiva. Aunque me sentí un poco utilizado las perdone porque me gusto el
enfrentamiento aunque claro hice que prometiesen que en el verano Ana tuviese
el combate de revancha.
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