sábado, 23 de noviembre de 2013

ROBERTO Y DIANA

Relato de miguf25

Mi nombre es Roberto tengo 37 años, pelo castaño, ojos marrones y estoy casado con Diana, 35 años, pelo castaño, ojos verdes, senos grandes y bella figura. La semana pasada mi esposa y yo asistimos a una fiesta en casa de un vecino, sabíamos que iban a asistir muchas personas, de las cuales no conocíamos a la mayoría. Una vez allí, las bebidas fluyeron desde el primer momento, al cabo de un rato el público se dividió como en un baile de secundaria, es decir, todos los hombres de un lado y las damas del otro. Por un momento, la fiesta me pareció bastante aburrida, por tanto, me pasé la mayor parte del tiempo riendo en forma forzada y mirando el reloj. Las mujeres, en el otro lado de la habitación se reían más a menudo, haciendo mucho ruido. La multitud se fue reduciendo a medida que pasaba el tiempo, tanto fue así que el grupo de las mujeres se redujo a cuatro, incluyendo a mi esposa, ella lucia muy bien, pero yo no podía apartar mis ojos de una impresionante pelirroja que estaba sentada junto a ella. Traté de oír lo que ellas estaban hablando, pero no pude hacerlo.

Finalmente la fiesta terminó, entonces Diana se acercó a mí y me llevó a donde estaba  sentada Melisa, la pelirroja, 40 años, pelo largo, ojos azules, senos grandes y gran figura, era obvio que ambas habían bebido. En ese momento, el marido de Melisa, Carlos, 38 años, pelo negro y ojos marrones, se acercó y nos presentaron oficialmente. Melisa nos invitó a su casa y me di cuenta de que Carlos  estaba muy entusiasmado con la idea. Melisa le dijo como pretexto a Carlos que ella y mi esposa no habían terminado de charlar.

A los pocos minutos, les dimos las gracias a los anfitriones dirigiéndonos a nuestros automóviles,  Diana y yo seguimos a la otra pareja a su casa ubicada a pocas cuadras de la casa de la fiesta. Durante el corto viaje hasta allí, Diana me conto que Melisa y ella se habían hecho amigas rápidamente, pero que no estaban de acuerdo con algo que no podía ser resuelto en la fiesta.

Mientras me ubicaba en la entrada de la casa de Melisa y Carlos, Diana me siguió contando que ellas no estuvieron de acuerdo acerca de luchas de pechos y de sexo femenino y masculino.

Carlos se situó en la puerta de su casa y la mantuvo abierta para que Diana y yo pudiésemos entrar, una vez dentro, Melisa le ofreció una copa de vino a Diana y una de  cerveza para mí. Sin mucho aviso, Melisa empezó a desabrocharse la blusa mientras Diana empezó a hacer lo mismo. Con asombro miré como las dos mujeres comenzaron a soltar sus sostenes.

Melisa y Diana quedaron en topless frente a nosotros, en ese instante pensé que mis ojos se iban a salir ya que Melisa tenía los mejores senos que había visto. "¿Quién es la mejor", preguntó Melisa, yo estaba sin habla. Es evidente que la gravedad había sido amable con ella ya que la hacía ver como de la mitad de su edad. Antes de que pudiera responder a la pregunta más fácil del mundo, observé como Diana me miraba. Los senos de Diana eran todo un espectáculo, pero no se podían comparar con los de Melisa. Carlos parecía un poco ansioso, y antes de que pudiera responder, Carlos preguntó, "¿Vamos a pelear con ellos o no?"


La tensión en la sala pareció salir de la nada entre Melisa y Carlos. "Nosotros hemos hecho esto antes, sabes," comentó Carlos. "Nos gusta compararnos con otras parejas sexualmente", continuó.

Entonces, Melisa le pidió a su marido que guardara silencio para luego explicarle a Diana, “me di cuenta que ustedes están preguntándose si son mejores sexualmente que nosotros”. Así como "muchas parejas tienen buenos atributos, pero muy pocas están dispuestas a probarlos contra otras parejas.", dijo Melisa. Entonces, Diana se rió y comentó: “pensé que había dejado en claro en la fiesta, que estábamos interesados”.

Entonces, Diana se acercó y puso sus manos sobre los hombros de Melisa, esta última  hizo lo mismo, era obvio que ambas habían hecho esto muchas veces antes y que estaban acostumbradas a ganar.

"Cada vez que te quieras rendir, solamente dilo", dijo Melisa a lo que Diana replicó “debes hacer lo mismo”, enseguida empezó la batalla.

Con cautela, avanzaron más cerca hasta que sus pezones se tocaron suavemente, no hubo sonrisas ni expresiones, eran sólo dos mujeres muy hermosas con pechos muy grandes, ambas eran copa D, pero aparte de lo duros y tonificados que parecían eran simplemente naturales.

El toque suave de los pezones fue reemplazado por empujones y golpes directos de Melisa sobre los pechos de Diana, los senos de Diana eran más suaves y menos firmes que los de Melisa. Por un momento, me pareció observar a una amateur frente a una profesional. Al transcurrir los minutos, los senos de Diana se movían de lado a lado pero Melisa movía sus pechos hacia atrás y hacia delante debilitando la resistencia de mi esposa, al cabo de unos minutos ambas hicieron el abrazo de oso, no había dudas, era una verdadera lucha de pechos.

Melisa estaba en pleno control, en un momento se detuvo y esperó hasta que los pezones y senos estuvieran frente a frente, para luego mover su cuerpo y ejercer presión sobre Diana, la cual, se defendía noblemente.

Entonces, pude ver el contacto pezón a pezón: ambas tenían el mismo tamaño pero los de Melisa eran un poco más claros, en ese momento, ambas los tenían duros, erectos y en plena batalla, en ese instante pensé: “ojala que los senos de mi mujer no sean derrotados”

Las mujeres estaban concentradas en la lucha de pechos, de ambas se podían oír suaves gemidos. Los pezones de Diana comenzaron a sobresalir pero los de Melisa los empujaban hacia atrás. Sin previo aviso, Melisa agarró la nuca de mi esposa y agitó sus senos de lado a lado, dándole golpes a los de Diana. El sonido de los senos golpeándose llenó la habitación, de cierto modo Melisa forzaba la sumisión de Diana.

De pronto pude ver a Diana tratando de retroceder, pero Melisa no la soltaba. Los pechos de Melisa siguieron golpeando sin piedad, hasta que oí a Diana decir: "Eso es todo, me rindo."

Melisa soltó a mi esposa, en eso Carlos y yo vimos a Melisa muy orgullosa de si misma, por alguna razón la emoción de Carlos parecía cambiar.

Luego miré a mi esposa, la cual, se levantaba lentamente masajeándose sus pechos, Melisa se acercó y la abrazó, Diana le devolvió el abrazo y las dos se quedaron allí durante unos segundos.

En ese instante, Diana le susurra a Melisa: "me gustaría saber si tu sexo es tan fuerte como tus pechos” a lo que Melisa replicó: “probemos esa teoría", enseguida ambas comenzaron a sacarse su vestuario inferior, quedando en breves momentos, completamente desnudas. 

Eligieron una alfombra felpuda en el centro de la habitación como escenario de la lucha de sexos. Se sentaron allí e inmediatamente abrieron sus piernas acercando lentamente sus coños, una vez hecho el contacto, comenzaron a pujar: el vello púbico castaño de Diana se mezclaba con el vello pelirrojo de Melisa, la batalla de los sexos había comenzado.

Desde mi ubicación podía ver que ambas mujeres se movían al mismo tiempo masajeando sus clítoris, ambas formaban sobre la alfombra la figura clásica de tijeras  entrelazadas, algo típico en un sexfight, cabe mencionar que las piernas de Melisa y Diana eran bronceadas y fuertes.

Carlos prestaba gran atención a las mujeres que luchaban en la alfombra, por mi parte había visto a mi esposa tener esa posición con otras mujeres, esto me hacía suponer que ambos estábamos bastante excitados con el espectáculo. En ese momento, Diana estaba llevando el control de la lucha, con cada embestida mermaba la resistencia de Melisa, lo cual hacía evidente que no tenía intención de perder esta batalla.

A medida que Diana ejercía en forma efectiva su ataque, la respiración de la mujer que la había vencido en la lucha de pechos, aumentaba progresivamente.

De pronto, Diana apoyo una de sus manos en la alfombra para levantar parte de su cuerpo y así ejercer mayor presión de su entrepierna sobre la de Melisa, con su otra mano agarró uno de los pechos de Melisa, comenzando a machucarlo.

Melisa gemía al mismo tiempo, de dolor y placer agitando su cabeza y cabellera constantemente en todas direcciones, en eso, le dije a Carlos mirando hacia las mujeres en la alfombra:”así como entre mujeres se entienden, los hombres también debemos hacerlo”, sin decir palabra, comenzó a bajarse los pantalones, yo hice lo mismo.

Al aparecer nuestras pollas, las cuales ya estaban erectas producto de la excitación previa, observé que tenían la misma longitud, el mismo grosor y eran de igual coloración, pero además, estaban listas para pelear.

Avanzamos uno hacia el otro en forma sigilosa como si fuéramos dos gallos preparándose para pelear, hasta que las cabezas de nuestras pollas se tocaron.

Ese fue el momento en que empezamos a movernos tratando de lograr el mayor contacto posible, los ojos de Carlos y los míos se mantuvieron abiertos mirando el inicio del combate sexual.

Cada golpe de nuestras pollas generaba un aumento en nuestras respiraciones, al pasar los minutos ambos intentábamos moverlas hacia arriba y hacia abajo, de lado a lado tratando de llevar al rival a un orgasmo.

Carlos presentaba un gran ataque, lo cual me hacía defenderme continuamente y a la  vez una gran defensa, ya que poseía gran resistencia a mis ataques.

Al mismo tiempo, las mujeres habían detenido sus movimientos, estaban prácticamente inmóviles en la alfombra, producto del cansancio. Se habían tomado un descanso.

Luego de un breve momento, Diana se anticipa y sale de la posición de tijeras dándose la vuelta, poniéndose en pose de cuatro patas, “estilo perrito”, Melisa entiende el mensaje y adopta la misma figura.

Ambas unen sus culos comenzando a sacudirlos hacia atrás y hacia delante, muy pronto sus coños se humedecen. En eso, comienzan a respirar pesadamente intentando hacer que la otra alcance el clímax. Al mismo tiempo, los hombres nos tomamos un descanso, el cual, aprovecha Carlos para acercarse a su esposa y susurrarle: "Haz que acabé, querida", no creo que ella lo escuchara, ya que en ese instante, un gemido salió de los labios de Melisa, entonces pensé: “no durara mucho más”.

De inmediato, y no estoy seguro de cómo describirlo, ellas en su posición “estilo perrito” realizaron una especie de marcha atrás,  golpeándose sus vaginas, Melisa se quejó en voz alta y se dejó caer en cuatro patas, apoyando la cabeza en la alfombra, con su culo al aire Diana aprovechó ese instante para darse vuelta, luego se  movió hacia Melisa, tomándola por la cintura y haciéndola caer de espaldas, al ver esto, Carlos gritó "Lucha con su vagina” “Pelea con ella", pero era tarde, Diana se abalanzó sobre ella adoptando la "posición del misionero", enseguida comenzó a mover sus caderas, su pelvis, Melisa trataba de resistir el embate pero era inútil, se retorcía de placer, a los pocos instantes Melisa alcanzaba un gran orgasmo.

A los pocos segundos, Diana alcanzaba su propio orgasmo. Luego al retirarse del lugar de la lucha, alzó su vista y observó que Melisa yacía en la alfombra con aspecto voluptuoso, entonces pensó: “estoy feliz de haber conseguido mi revancha”.

Una vez que mi mujer venció sexualmente a Melisa, Carlos y yo retomamos nuestro combate, ahora nuestras mujeres nos observaban, nos acercamos hasta que nuestras pollas se tocaron, intenté moverme pero Carlos se adelantó a la jugada, comenzando a mover su polla hacia arriba y hacia abajo, a lo largo de la mía.

Al estar de pie, lentamente intenté frotar toda la longitud de mi polla sobre la de él, pero ante esta estrategia intentó retroceder, no se lo permití. Entonces, Carlos me empujó y caímos a la alfombra, en donde nuestras mujeres habían luchado, caí sobre él, lo cual me dio la ventaja de estar “arriba”, esa condición en cualquier lucha es beneficiosa.

A nivel de la alfombra, el roce de las pollas se hizo cada vez más fuerte, ambos usábamos estrategias de ataque y defensa para controlar los movimientos de nuestro rival, nuestras facciones manifestaban el efecto de la lucha, lo cual era percibido por nuestras mujeres. Ellas en un comienzo estaban silenciosas, pero a medida que avanzaba la lucha comenzaron a involucrarse alentando a su hombre. En algún minuto, me pareció escuchar gritos como: “hazlo acabar” o “acábalo” provenientes de cada mujer.

Un poco más tarde, pensé: “no creo que resistamos mucho más”, ya que en ambos las frotaciones y palpitaciones eran máximas. En eso, Carlos lanzó un fuerte gemido, disparando su semen directamente sobre mi polla, a los pocos segundos, también eyaculaba producto de las contracciones que aún mantenía mi polla. 

En eso, Diana recogió su ropa del piso de la sala y se vistió. Melisa abrazó a Carlos,  el cual estaba derrotado sobre la alfombra, una vez vestida pude ver como Diana recogía los zapatos rojos de tacón alto que Melisa llevaba puestos antes que la lucha sexual comenzara.

Diana se acercó a Melisa y le dijo: "Te voy a dar la oportunidad de recobrarlos, llámame cuando estés lista.". Luego,  Diana me abrazo y nos fuimos.

Estaba confundido acerca del asunto de los zapatos, una vez que llegamos al automóvil, Diana me explicó que reconoció los zapatos que Melisa llevaba puestos cuando llegó a la fiesta. Eran de tacos italianos color rojo, que pertenecían a una de sus amigas.

En la fiesta, Diana le había dicho a Melisa que tenía que devolverle los zapatos de su amiga, la cual, los había perdido hace más de un año, cuando se había enfrentado en una lucha sexual con una pelirroja.

En ese momento, Melisa desafió a Diana con una lucha de pechos y un sexfight para recuperar los zapatos, Diana aumento el desafío incorporando un cockfight entre Carlos y yo, Melisa le informó a su marido, durante la fiesta, de este desafío. Carlos aceptó el reto.


Al día siguiente, Diana llevaba al trabajo los zapatos de tacón rojo.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

LAS INQUILINAS





Cris acababa de llegar a la que será su casa durante los próximos meses. Ella es una joven maestra que le acababan de asignar una sustitución para finalizar el curso en un colegio de Salou. Cris alquilo un apartamento cerca de la playa, un bonito edificio con piscina que mucha gente alquilaba para pasar sus vacacione estivales. Todo iba bien, hasta que en el mes de mayo llego una nueva vecina, una joven universitaria que recién había terminado el curso y estaba dispuesta a vivir sus más locas vacaciones, su nombre era Jenny.

Jenny estaba en el ascensor esperando para subir su equipaje cuando Cris llego donde estaba, ambas se miraron, las dos chicas eran bastantes parecidas físicamente, Cris era una chica guapa, con unos preciosos ojos y una bonita melena rubia y ondulada, rasgos que eran eclipsados por sus magníficos pechos, Jenny no se quedaba atrás, tenia una mirada felina, pelo liso y oscuro, y sus pechos aunque un poco más pequeños que los de Cris nada les tenia que envidiar, ambas tenían una altura y peso similar, muy femenino y en buena forma física. Inmediatamente ambas sintieron envidia la una de la otra, nada raro entre chicas. Cris saludo a Jenny y se presentó, esta cortésmente le contesto y subieron juntas en el ascensor, cuando llegaron a su destino se dieron cuenta que vivían una al lado de la otra. Se despidieron y cada una se metió en su casa. Esta situación no tuvo mayor importancia y poco más se encontraron hasta el siguiente fin de semana, cuando volvieron a coincidir en el ascensor, ambas bajaban a la piscina, aunque aún el agua estaba muy fría para bañarse pero las dos querían tomar el sol y preparar su moreno para la época de playa que estaba por llegar. Al haber bajado juntas pusieron sus toallas al lado la una de la otra, Cris se quitó la camiseta y el pantalón mostrando un bonito bikini rojo que realzaba su figura. Jenny no pudo disimular su envidia al ver el cuerpo de Cris lo que la hizo sonreír, pero la sonrisa le duro hasta que Jenny se quitó su ropa y mostro su bikini negro y su espectacular figura, la situación se volvió tensa pero ambas mantuvieron una actitud cordial, aunque las dos sentían observadas por la otra cuando no miraban.

Tras un rato al sol como dos bellas lagartas un grupo de chicos bajo a la piscina para tomar el sol como excusa para ver de cerca a esas dos bellezas que habían visto desde sus balcones. Los chicos no les quitaban los ojos de encima y las comparaban, discutiendo cuál de las dos estaba más buena. Las chicas eran conscientes de la conversación de los chicos y cada una empezó a adquirir poses lo más sexys posibles para el deleite de los recién llegados, aun así los chicos no parecían decidir una ganadora. Jenny decidió jugar fuerte despojándose de la parte superior dejando libres sus maravillosos pechos de grandes pezones oscuros justo delante de la cara de Cris, la cual no se sorprendió ya que ella había barajado la misma jugada que imito de inmediato dejando unos pechos tan espectaculares como los de Jenny solo que con pezones rosados. Ahora las chicas se miraban sin ningún tipo de descaro de arriba abajo, estaba claro que se acababan de declarar como rivales. Las posturas siguieron cada cual más caliente, los chicos ya ni hablaban, solo miraban con la boca abierta. Tras un rato de poses Cris se levantó y fue hacia la piscina y se sumergió en la fría agua emergiendo como una hermosa sirena de pezones endurecidos. No tardo en escuchar a Jenny saltar dentro del agua y emerger acariciándose sus endurecidos pechos. No aguantaron mucho en la fría agua y se dirigieron a las escalerillas para salir, las dos llegaron al mismo tiempo pero ninguna quiso ceder el paso a la otra, saliendo a empujones las dos al mismo tiempo mientras sus cuerpos chocaban y no separaban la mirada la una de la otra con expresión seria. Recogieron las cosas y se retiraron de la piscina con la sensación de que ya habían hecho ya suficiente el ridículo. 

Cuando ambas entraron en el ascensor ninguna llevaba el sostén, ni intención de ponérselo, ambas seguían mirándose sin hablar. Cuando llegaron a la puerta de sus casas se despidieron con palabras amables, aunque sus miradas trasmitían otra cosa. Cris le dio 2 besos a Jenny de despedida a los que Jenny contesto, cuando se besaron sus pechos se encontraron frente a frente, lo que hizo que un escalofrió recorriera el cuerpo de las chicas, como respuesta las chicas apretaron un poco más sus pechos a los de la otra, cada una notaba los duros pezones de la otra chica en sus pechos, sus respiraciones se aceleraron y sus ojos se apuñalaron mutuamente, la situación duro un segundo, un segundo que les pareció una eternidad, sin decir nada más cada una en su respectiva casa.

Cuando Cris cerro su puerta se apoyó en la pared nerviosa, no sabía que le pasaba, algo le recorría su cuerpo, cuando entro a su cuarto cogió a un peluche que tenía encima de la cama y lo estrangulo hasta arrancarle la cabeza. Ya más tranquila se tumbó en la cama aun solo con la braga del bikini, cuando algo golpeo contra la pared de la casa de al lado, Jenny había lanzado un jarrón contra la pared, no sabía que le pasaba, estaba agitada, y tenía ganas de romper cosas. Una vez las dos se habían desahogado se relajaban dándose un baño. No entendían que les pasaba, porque se sentían así, ninguna había hecho nada a la otra pero aun así les gustaría destrozar a su vecina. Se sentían malas personas, porque tenían ese instinto violento. Retiraron de la mente a la otra y siguieron con sus cosas. Jenny se preparó para salir de fiesta, era su primer fin de semana en Salou desde que había llegado y estaba dispuesta a quemar la cuidad. Cris había quedado con un compañero del colegio con el que tonteaba para cenar. Después de una maravillosa velada con su compañero Cris se acostó a dormir, algo la despertó a las 7 de la mañana, Jenny había llegado borracha y cantaba a gritos por la casa y golpeaba las paredes. A muy cabreada fue tocarle la puerta para ponerla en su sitio, Cris dormía desnuda y con la prisa solo se puso el albornoz. Cuando toco la puerta un borracha Jenny abrió la puerta y según la abrió esta se volvió al interior de la casa dejando a Cris con la palabra en la boca, esto no le sentó bien y fue detrás de ella. Jenny llevaba una mini falda y el sostén, el resto de su ropa la había ido tirando por el suelo según andaba junto con sillas con las que se tropezaba.

Cris le recrimino que no eran horas para hacer esos ruidos, que no estaba sola en el bloque, a lo que su vecina le contesto que se callara que en su casa hacia lo que quería, esto le sentó fatal a Cris que fue hacia Jenny para darle un bofetón cuando esta soltó una bocanada de vomito justo antes de dejarse caer al suelo y quedarse medio dormida ante la atónita mirada de Cris. Cris salió de casa de Jenny dejándola en el suelo, aun teniendo ganas de abofetearla estaba claro que Jenny no era consciente de lo que hacía y que como estaba poco ruido más iba a hacer.

Después de esto poco más coincidieron hasta que el fin de semana siguiente se volvieron a ver en el ascensor, esta vez ambas salían de fiesta, se miraron de arriba abajo, era patente que cada vez se caían peor. Cris fue la primera en hablar

-Cris: Espero que este fin de semana no llegues como el anterior, supongo que no te fue agradable despertarte en un charco de vómito, aunque por lo que he oído durante esta semana has estado practicando eso de beber y vomitar.

-Jenny: Es cierto que vomite, pero seguramente fue porque cuando abrí la puerta encontré algo vomitivo

-Cris: Que estas insinuando, mona?

-Jenny: Creo que está claro, cielo

Mientras iban hablando se habían acercado de forma que ya estaban hablando con sus narices casi rozándose, cuando llegaron a la planta baja, en cuanto se abrió la puerta salieron sin dirigirse la palabra y cada una fue a su destino, pero en toda la noche no pudieron sacarse de la cabeza a su vecina. 

Cris estaba encendida de su encuentro en el ascensor y a falta de un peluche que estrangular se llevaba a su compañero a casa para desahogarse, la sorpresa fue cuando esperaba el ascensor llego Jenny con un chico que había conocido. Las chicas intentaron aparentar ser buenas vecinas y se saludaron presentando a sus respectivas parejas, mientras subían solo se oían a lo chico hablar animadamente, era lógico, iban a tener sexo con unas chicas preciosas, mientras tanto las vecinas estaban matándose con la mirada. Cuando Cris entro a su casa le dijo a su acompañante que se pusiera una copa mientras ella se ponía cómoda, no había terminado aún de ponerse la copa cuando esta salió de la habitación con un conjunto de encajes y trasparencias que le hizo al chico olvidarse de la copa y entrar tras de la preciosa maestra. Mientras tanto Jenny había sido más directa y ya tenía al chico en la cama mientras ella se desnudaba y se le tiraba encima y daba rienda suelta al fuego que se le había encendido con Cris. Mientras tanto Cris estaba haciendo un pequeño striptease a su compañero cuando oyó el cabezal de su vecina estrellarse contra el otro lado de su pared, dedujo que en el otro lado su querida vecina estaba se lo estaba pasando muy bien con su amigo, esto encendió aún más si cabe a la chica que se lanzó sobre su compañero y empezó a cabalgarlo como una vaquera mientras gemía de placer, estos gemidos no pasaron desapercibidos por Jenny la que contesto con gemidos de forma que ambas chicas estaban dándolo todo entre alaridos y gritos de placer que resonaban en todo el edificio, los chicos no tardaron en quedar exhaustos y quedarse dormidos, Cris no quería ni pensar en la posibilidad de que ella hubiera terminado y su vecina aun siguiera cabalgando su hombre, ella no era la única que tuvo este pensamiento pues Jenny tampoco quería ser la primera en terminar, así que Jenny decidió seguir teniendo sexo con ella misma un rato más, Cris oyó los gemidos de Jenny que se daba placer a sí misma, pero claro, ella no lo sabía, así que se le ocurrió la misma idea que a Jenny y empezó a masturbarse también, cada vez con más intensidad las chicas se daban placer sin necesidad de sus hombres que dormían felices pero destrozados. Ambas vecinas se masturbaban apoyadas en la pared para que su querida amiga escucharan mejor sus gritos de gozo sin ser conscientes que su vecina hacia lo mismo, estando las dos apoyadas cara a cara masturbándose de forma compulsiva separadas únicamente por unos centímetros de pared, hasta que no pudieron más.

Cuando Cris se despertó estaba sola y ya era tarde con un SMS en el móvil de su compañero dándole las gracias que tenía que irse y se verían el lunes en el colegio, esto la alegro, le gustaba este chico, pero el sonido de la persiana de su vecina abriéndose la devolvió en sí y se acordó de lo que hizo anoche, se sonrojo pensando en lo que había hecho. Por su parte Jenny se había despertado exhausta, nunca había tenido una noche como esa, abrió la persiana, su pareja aun dormía como un tronco, y decidió ir a darse una ducha, cuando entraba oyó a su vecina que abría la suya, a Jenny se le ocurrió una cosa para molestar a Cris, se puso su albornoz y fue a tocarle la puerta, después de insistir un rato Cris abrió la puerta mojada y liada con una toalla

-Jenny: se me ha terminado el gel, puedes dejarme un poco

A miro a su vecina, iba con el albornoz y por lo que parecía no tenía nada debajo

-Cris: no sabía que te ducharas, espera que te dejo un poco

Cuando Cris salió con la botella de gel Jenny la esperaba con el albornoz abierto dejando ver su cuerpo, Cris dejo caer la toalla y fue hacia Jenny a darle el gel, esta lo cogió y lo dejo encima del recibidor

-Jenny: creo que anoche te lo pasaste muy bien, no?

-Cris: lo mismo podría decirte, aunque si te soy sincera no sé qué vio en ti

-Jenny: es curioso que la más fea del edificio me diga eso

-Cris: no me hagas reír adefesio, y sal de mi casa antes que tu olor a ramera se quede impregnado

Jenny se quitó el albornoz y se lanzó contra Cris, esta no la espero y se lanzó contra ella, cuando se encontraron cayeron al suelo del impacto enzarzadas del cabello intentado ponerse la una encima de la otra mientras rodaban y se insultaban. en ese preciso momento alguien toco la puerta, las chicas se separaron de inmediato y se taparon y arreglaron el cabello, cuando Cris abrió la puerta estaba el amigo de Jenny que se iba, había pensado que estaría en casa de lo que el chico creía que era su amiga. Muy a su pesar Jenny tuvo que salir a despedirse de su chico, Cris cerró la puerta y volvió a la ducha, no sin antes destrozar algún peluche. Jenny volvió a su casa maldiciendo al chico por haberlas interrumpido y aun con los latidos a 100 por hora, no había pensado que llegaran a las manos, no creía a Cris capaz de entrar en lo físico, ahora pensándolo fríamente Cris le imponía más respeto, creía que era una mojigata incapaz de meterse a una pelea, ahora que habían intercambiado los primeros golpes se había dado cuenta que era fuerte, tanto como ella, su encuentro había sido breve, pero suficiente para ver lo igualadas que estaban, le interesaba un cuerpo a cuerpo con Cris? no sabría si la ganaría, y aun si la ganase como quedaría ella? Esa no era la idea de vacaciones salvajes que tenía en mente, pero aun así no le desagradaba la idea.

Cris le contaba a una amiga lo ocurrido con su vecina este domingo, su amiga no lo podía creer, y lo que más le costaba creer es que su amiga se quejara de que las hubieran interrumpido, aun cuando decía que no sabría si podría con ella, aunque Cris decía que puede ser que pierda, pero que arrastrara a Jenny con ella, nunca había pensado que su amiga tuviera ese lado salvaje.

Los siguientes días ambas se evitaron y cuando coincidían no se dirigían la palabra, solo se dirigían miradas homicidas

No tardaron mucho en dejar de lado el temor de perder y cada una se veía con más posibilidades de vencer a su vecina y pasaron de evitarse a buscarse. Jenny vio que Cris bajaba a la piscina a tomar el sol, rápidamente salió tras ella y se metieron en el ascensor, las dos iban en bikini, en el momento que la puerta se cerró Cris cogió a Jenny del pelo y la estampo contra la pared del ascensor, esta contesto lanzándose contra su vecina chafándola con su cuerpo, Cris la abrazo apretándola contra sí, y Jenny la imito y ambas se enzarzaron en un abrazo de oso intentando estrujarse la una a la otra, la puerta se abrió y ambas salieron del ascensor sin dejar el abrazo mortal con sus cuerpos sudorosa danzando de aquí para allá, hasta que los jóvenes que habían presenciado hace unos días como se exhibían en la piscina veían ahora como las dos bellezas se estrujaban sin piedad, sus pechos se salían de sus sostenes como si se buscaran para atacarse directamente, los chicos excitados como mandriles la miraban atónitos, hasta que uno de ellos se metió a separarlas, el resto le abucheo, pero hizo un gesto de que se callaran y miraran por la puerta, varios vecinos, entre ellos el presidente estaban entrando al edificio, si las hubieran visto en esa situación las habrían expulsado del edificio y no le hacía gracia perder a esas entretenidas vecinas. Como quien no quiere la cosa cada uno volvió a su casa, Cris y Jenny furiosas rompieron cosas en sus respectivas casas y se maldijeron mutuamente.

Cuando Cris se calmo fue a casa del chico a agradecerle que las hubiera separado, aunque el curso ya había terminado y no la ataba el trabajo había decidido pasar el resto de verano ahí, tenía playa, ambiente y diversión, además, no pensaba irse y dejar a Jenny como la reina del edificio, el chico no estaba solo, su novia se había pasado a visitarlo y estuvieron charlando un rato, cuando el chico le pregunto el porqué de la pelea Cris no supo que decir, iba a abrir la boca cuando Clara, la novia del chico lo mando a por mas cervezas, lo que alivio a A, Clara le dijo que la entendía, que no se molestara en darle explicaciones a su novio que no lo entendería, son cosas de mujeres, siguieron un rato más hablando y Cris se marchó con la sensación de tener una pareja más de amigos, aunque había algo raro en Clara. Cuando Cris estaba preparando la cena alguien toco la puerta, su corazón se agito, seria Jenny? seria el momento de terminar su historia? Pero cuando abrió la puerta vio que no era su vecina, sino Clara, Jenny respiro aliviada aunque decepcionada, invito a pasar a la chica y le ofreció una cerveza que Clara acepto gustosa. Clara le confeso que antes había querido contarle una cosa pero que no podía con su novio delante, dijo que la entendía, que ella misma había peleado muchas veces con otras mujeres sin motivo aparente, simplemente que dos reinas no pueden convivir en la misma colmena, Cris miro atentamente a Clara, su cuerpo no tenía nada que envidiar al de Jenny ni al de ella misma, era de constitución parecida a la suya, altura similar, quizás un poco mas delgada, pero con unos pechos tan grandes como los suyos, larga melena rubia y lisa con unos ojos verdes de tigresa, Clara le explicó la historia de una compañera de universidad y ella que competían por todo y la cosa no mejoro hasta que no solucionaron sus asuntos, después de muchos intentos, todos frustrados por gente entrometida habían decidido quedar a solas y tras una dura pelea de la que la dos salieron muy lastimadas se impuso a su compañera, y desde ese momento su relación mejoro, nunca se hicieron amigas pero ya no volvieron a tener problema. Cris había barajado esa opción, pero no conocía un buen sitio, Clara le dijo que si le interesaba ella podría dejarle las llaves de una casa de campo propiedad de su familia, Cris la miro sorprendida, que interés tenía en que ella y su vecina pelearan? Clara parecía que le leía la mente

-Clara: no quiero que sigáis calentando a mi novio por los pasillos

Cris sonrió, en ningún momento fue su intención calentar a nadie. Dijo que se lo pensaría, Clara le dejo su tarjeta y se marchó tras un rato agradable.

Cris se pasó toda la noche dando vueltas en la cama, se atrevería a batirse en duelo a solas con Jenny? Clara le había dicho que ambas habían terminado muy lastimadas pero mereció la pena, pero claro, ella había ganado. Al día siguiente Cris llamo a Clara para ver el sitio de que le había hablado. Clara paso a por Cris y fueron a la casa, tardaron más de media hora en llegar en coche, era un sitio solitario como le había dicho, mucho campo y una antigua casa medio con aspecto abandonado, le comento que esa había sido de su abuelo, tras morir los herederos habían intentado venderla, pero aún no lo han conseguido, así que ella le saca partido. Clara saco una enorme llave que abría un portón, las paredes eran gruesas, el interior tenia muebles viejos y llenos de polvo, la chica saco una linterna para ella y otra para su invitada, recorrieron la casa hasta una puerta que había en la cocina que tenían unas escaleras que descendía a una amplia y alargada cava de techos bajos y arqueados, al final habían unas colchonetas de gimnasio y un foco en el techo que alumbraba el centro. Cuando llegaron Clara conecto un interruptor y una parpadeante luz se conectó dando una tenue luz, el aspecto era el de una mazmorra, Clara daba miedo bajo esa luz, tenía una sonrisa maliciosa, Cris vio cómo se acercaba a ella con cara de loca

-Clara: Cris, la verdadera razón por la que te he traído aquí es para acabar contigo

Cris dio un paso atrás asustada cuando Clara rio

-Clara: no te preocupes, era broma, jajaja. Mira Cris, ves esa mancha de ahí? Es sangre de una de mis peleas

Clara se sentó en una silla que Cris no había visto

-Clara: siéntate Cris, vamos a hablar un poco

Esta se sentó en otra silla y miro a su anfitriona

-Cris: sabes que das miedo

-Clara: tú también querida, es este sitio, da un aspecto muy salvaje, una vez que entréis las 2 aquí no hay marcha atrás, aquí nadie os va a ayudar.

-Cris: Veo que no es la primera vez que haces esto

-Clara: no lo hago todos los días, pero si he tenido unos cuantos encuentros, por desgracia no los gane todos pero no me arrepiento

-Cris: si esas manchas son sangre como me has dicho tuvo que ser muy duro, tú crees que Jenny accedería?

-Clara: tienes razón, es muy duro y además peligroso, pero creo q Jenny sí que aceptaría, por el mismo motivo que tú estás pensando en hacerlo, queréis ver cuál de las dos es la reina del edificio.

-Cris: aún tengo que pensármelo, es un paso serio, aunque creo que necesario, hablare con Jenny

-Clara: de esto no le digas nada a mi chico, no quiero que se piense cosas raras de mí, aunque aquí solucione unos asuntillos con una pretendiente suya, ya te lo contare luego. Ahora vámonos antes de que haga más tarde, si te decides aquí tienes una copia de las llaves.

Durante el viaje de vuelta Clara le conto como había peleado por su chico con una compañera del trabajo de este, estaba cansada de que lo zorrearan y la otra había aceptado encantada pensando que podría quitarla de en medio, Cris se quedó sorprendida de la fiereza del combate aunque no era nada que no estuviera dispuesta a hacerle a Jenny aun a riesgo de recibir ella el mismo castigo, estoy loca pensó, si, loca, pero deseando hacerlo.

Esta noche Cris se revolvía inquieta en su cama, cuando por fin consiguió dormirse la imagen de la cava le vino a la mente en sus sueños, en su sueños se veía a ella y a su vecina peleando desesperadamente bañadas en sudor, con los cuerpos magullados retorciéndose el uno contra el otro. De un salto se incorporó, bañada en sudor, con la respiración agitada. Se obligó a tranquilizarse y volvió a la cama, tras unas cuantas vueltas volvió a dormirse, pero la imagen de la pelea volvió a su sueño, esta vez solo eran sombras, una yacía inmóvil en el suelo mientras otra se alzaba victoriosa encima de su caída enemiga. Cris se levantó agitada, y salió corriendo a tocar la puerta de su vecina. Jenny abrió la puerta y no pudo contener su asombro cuando Cris entro en su casa vestida únicamente con unas pequeñas braguitas. Jenny estaba tapada con el albornoz, que mantenía cerrado con la mano, cuando vio que su vecina entraba en la casa y cerró la puerta puso las manos en forma de jarra, dejando que su albornos se abriera y mostrando su cuerpo totalmente desnudo.

Antes de que Jenny pudiera abrir la boca Cris dijo, te desafío a una pelea sin reglas, a solas. La cara de Jenny esbozar una amplia sonrisa

-Jenny: quieres que lo solucionamos ya? 

Mientras Jenny decía estas palabras se quitó el albornoz y lo lanzo al suelo

-Cris: me encantaría, pero seguramente los vecinos vendría a ayudarte cuando oyeran tus gritos de auxilio, tengo un sitio mejor

-Jenny: y se puede saber dónde es este sitio?

-Cris: una casa en las afueras, no habrá nadie cerca para ayudarte

-Jenny: me parece perfecto, cuando quieres que te desfigure querida?

-Cris: cuando intentarlo querrás decir? Mañana por la noche, te espero a las 23.00 en el parking

-Jenny: allí nos veremos

Cris salió sin despedirse y Jenny cerro lo puerta pensando en lo que acababa de ocurrir, pelear las 2 solas, eso podía ser toda una aventura, no va a ser fácil, pero tenía tantas ganas de destrozar a su vecina que había aceptado sin pensar, y ahora que lo pensaba estaba aún más decidida a hacerlo.

Ambas intentaron descansar lo máximo posible pero les costaba dormir, estaban ansiosas. Cuando Cris bajo al parking a las 23h, Jenny ya la esperaba con un vestido largo de fiesta y un gran escote, Cris llevaba un vestido que sino igual era muy parecido pero en otro color, las chicas querían intimidar a su vecina con su belleza, pero no esperaban encontrar a su querida enemiga igual de preparada que ella. Las chicas se subieron al coche y se dirigieron a la casa, ninguna de las dos abrió la boca en todo el trayecto.

Cuando llegaron Cris se dio cuenta que no llevaba las linternas, así que a ciegas buscaron la cocina y bajaron por las escaleras que las llevaba a las oscuras entrañas de la casa, la cava al no tener ventanas estaba totalmente a oscuras hasta que la chica encontró el interruptor del foco, la tenue luz parpadeo hasta que alumbro levemente la estancia subterránea. A Cris le seguía pareciendo una mazmorra, Jenny estaba observando el lugar con la boca abierta, tenía cara de preocupación, donde se había metido? No querían interrupciones pero no esperaba un sitio así, miro a Cris con un poco de miedo al principio, pero rápidamente se le paso y cerro tras de ella la puerta. Cris ya se encontraba bajo el foco esperando a su vecina, que no tardó en llegar. Ambas chicas frente a frente se miraron de arriba abajo, estaban nerviosas, por fin había llegado el momento de decidir cuál de las dos era la reina. Ambas chicas giraban en círculo estudiándose, esperando una señal inexistente que dejara aflorar las bestias de su interior. Cris fue la primera en atacar, Jenny no esperaba que su vecina fuera tan rápida, una bofetada le cruzo la cara a la que contesto de igual manera, ahora era la cara de Cris a la que le giro la cara, Cris volvió a lanzar bofetadas y al mismo tiempo Jenny las contestaba de igual modo, la cara de las chicas se enrojecían no solo de los golpes sino también de ira, Jenny intento llegar a los cabellos de Cris, pero ella intercepto su mano con la suya y Jenny hizo lo propio con la mano de Cris cuando esta intento llegar a los suyos, entrelazando sus dedos comenzaron a forcejear con los brazos en alto, ninguna de las dos cedía terreno de forma que sus cuerpos llegaron a empujarse directamente con los brazos sobre sus cabezas, ambas notaron como sus pechos se aplastaron el uno contra el otro, aunque no con tanta intensidad como en el ascensor, siguieron forcejeando un par de minutos más mientras giraban con sus carísimos vestidos. Ambas sabían que esto era solo el calentamiento, lo duro estaba por llegar. Tras 5 minutos de forcejeo y de embestidas con sus cuerpos ninguna había cedido ni ganado un ápice las chicas se separaron masajeándose los hombros

-Cris: ya va siendo hora de ponernos seria, no crees puta?

-Jenny: no necesito ponerme seria para destrozarte perra, pero tienes razón, terminemos ya con esto 

Cris se abrió la cremallera de su vestido desnudándose a excepción de unas braguitas, Jenny la imito y las chicas dejaron sus vestidos en las sillas volviendo al centro de la arena, sus cuerpos estaban perlados de sudor del esfuerzo que brillaban sexys y salvajes a la luz del foco.

-Jenny: nunca habría pensado que estarías dispuesta a llegar tan lejos

-Cris: esto no es nada, hoy no tengo límite

-Jenny: eso habrá que verlo

La chica de un tirón se desgarro la braga y la lanzo hacia Cris, esta hizo lo mismo con su prenda íntima arrojándosela a Jenny, las dos parecían un poco intimidadas, el lugar, la iluminación, la dos desnudas no auguraba nada bueno, eran dos gladiadoras a punto de entrar a la arena para solo salir una, los juegos habían terminado. Las chicas se lanzaron la una contra la otra, el golpe de sus cuerpos resonaron en toda la cava, las chicas llevaron sus manos a los cabellos rivales y a zarandear sus cabezas. Sus pechos chocaban unos con otros y sus piernas se entrelazaban hasta que no aguantaron el equilibrio y cayeron al suelo abrazadas como dos serpientes intentando estrangularse la una a la otra rodando por el suelo, gruñendo y gimiendo por el esfuerzo y por el dolor sin dejar de tirarse del cabello, las chicas tiraban con tal furia que no fue extraño que al poco tiempo el suelo tuviera los mechones que las vecinas se estaban arrancando, Cris soltó una de sus manos que fue en forma de garra al pecho de Jenny clavándola con decisión, Jenny bramo un grito seguido de un palabrota mientras soltaba el pelo de Cris y se la quitaba de encima de un empujón, rodando hacia el otro lado, la chica se puso rápidamente de rodillas acariciándose el pecho en el que habían salido unos surcos rojos por donde había pasado las uñas de Cris. Jenny fue con furia hacia su adversaria donde está la esperaba lista para el choque. Ambas cayeron al suelo y forcejearon mientras rodaban intentando evitar que las uñas rivales llegaran a su cuerpo, en esta ocasión fue Jenny quien consiguió llegar al pecho de Cris que tuvo que escabullirse, al igual que las tetas de su rival habían sido marcadas con unos sangrantes surcos rojos. Las chicas se incorporaron y con una sonrisa en los labios se dedicaron una mirada sádica, a pesar del dolor se estaban divirtiendo y querían ver hasta donde podían llevar la diversión. Las gladiadoras se acercaron lentamente al centro del ring sin dejar de estudiarse con sus garras listas, garras que se lanzaron contra los pechos rivales y que no encontraron obstáculos para llegar a su destino, no había defensa que valiera, ya solo valía destrozar a la contraria. Las chicas rasgaban y apretaban sus pechos a placer, sus caras reflejaban un dolor intenso y sus ojos se llenaron de lágrimas, pero ninguna soltaba su presa, tras unos minutos de castigo mamario Cris empezaba a retroceder por lo que decidió cambiar de táctica, retrocedió un paso y le encajo un puñetazo en la cara de Jenny que se tambaleo un paso atrás, pero que rápidamente le mando un puñetazo al estómago de Cris, que aunque dolorida devolvió el golpe, así estuvieron cambiando golpe por golpe sin la menor intención de bloquear ninguno, el castigo de sus cuerpos fue patente enseguida, zonas inflamadas fueron apareciendo por todo el cuerpo, sobre todo en sus hermosos y grandes pechos. Jenny empezaba a ceder terreno, desesperada se lanzó sobre Cris cayendo ambas al suelo, las chicas se pusieron rápidamente de rodillas y continuaron el intercambio de golpes dando y recibiendo de forma equitativa hasta que presas de la ira se volvieron a abalanzar la una contra la otra agarrándose del cabello y rodando por el suelo, mientras las chicas rodaban Jenny mordió el hombro de Cris que grito aulló de dolor, que empujo a su enemiga y se alejó sujetándose el hombro, cuando miro su mano la tenía llena de sangre, Jenny tenia sangre en la boca que relamía satisfecha. Cris presa del odio se abalanzo sobre ella lanzando un zarpazo que le cruzo la cara, unas líneas rojas de sangre aparecieron en la cara de Jenny junto con un intenso dolor, ambas chicas llenas de ira se enzarzaron como dos histéricas a zarpazos buscando la cara y los pechos rivales, durante el intercambio Cris callo de culo y Jenny se abalanzo sobre ella, tumbándola de espaldas contra el suelo, Cris noto las uñas de su vecina clavándose en su cuello mientras sus manos intentaban estrangularla, Cris pataleaba sin poder quitarse a su vecina de encima que apretaba su cuello sin ninguna intención de detenerse, su mirada era sádica y la chica temió por su vida, las fuerzas le abandonaban y la vista se le nublaba. Algo le cayó en la cara devolviéndola al mundo de los vivos, unas gotas de sudor goteaba de los pechos de Jenny a su cara, Cris miro las magulladas y rasgadas tetas de su vecina bamboleando a escasos centímetros de su cara, no se lo pensó y sus dientes se clavaron en los grandes pechos de su enemiga, noto el sabor a sangre que recorría su boca y como la presión de su cuello cesaba mientras Jenny se alejaba llorando y gritando maldiciones.

Cris y Jenny se pararon frente a frente doloridas, Cris respiraba a bocanadas intentando recuperarse, su cuerpo estaba lleno de arañazos y magulladuras, tenía el labio partido y su hombro lleno de sangre del mordisco de su enemiga, Jenny por su parte no estaba mucho mejor, estaba sujetándose el pecho, la sangre goteaba entre sus dedos y la cara de ambas era la de dos animales sedientos de sangre.

No tardaron en estar enredadas como dos serpientes intentando devorarse intercambiando arañazos y mordiscos como en el sueño de Cris, sus cuerpos estaban bañados en sangre y sudor, sus bocas abiertas se atacaban la una a la otra como dos perras rabiosas y sus uñas arañaba sus cuerpos y caras. Las manos de las chicas fueron al cuello de su enemiga clavando sus uñas y apretando intentando estrangularse mutuamente. No aguantaron mucho hasta que se soltaron y se dejaron caer de espaldas exhaustas.

Las chicas se incorporando lentamente sin apenas fuerzas, tambaleándose se aproximaban la una a la otra, Cris cogió la cabeza de Jenny con las dos manos, Jenny hizo la propio y al instante las cabezas de ambas se estamparon la una contra la otra, el sonido de los huesos al chocar resonó antes de que las dos chicas cayeran al suelo con la narices sangrando y una brecha en la frente. Cris aun mareada fue más rápida y aprisiono a Jenny con un abrazo constrictor, esta gritaba de dolor mientras Cris no aflojaba el abrazo, Jenny intentaba soltarse propinándole cabezazos a Cris, no pudieron aguantar mucho esta situación y ambas chicas se desplomaron frente a frente de rodillas, Jenny se lanzó al cuello de su adversaria a estrangularla, mientras Cris notaba como le faltaba el aire le propinaba puñetazos en la cara de Jenny que no soltaba su presa, la vista de Cris se nublaba hasta que noto que la presión de su cuello desaparecía mientras Jenny caía inconsciente con los brazos abiertos. Cris se levantó victoriosa, se sentó encima de su enemiga y le propino unos golpes en pecho y cara, Jenny no respondió a los golpes, A contenta se alzó con los brazos en alto poniendo el pie en la cara de su rival mientras gritaba ¡SOY LA REINA! Justo antes de caer al suelo y perder el conocimiento.

Cris se despertó bien entrado el día, y observo a su vecina inmóvil en el suelo a su lado, tenía el cuerpo lleno de sangre de los mordiscos y arañazos, llena de moratones y la cara deformada por los golpes. Se asustó y corrió a su lado, respiro aliviada al ver que aún seguía con vida. Se levantó y fue al cuarto de baño del piso superior, no se reconocía cuando se vio en el espejo, su aspecto no era mucho mejor que el de Jenny, se lavó y curo las heridas, y bajo a buscar a su vecina que aún seguía durmiendo, Cris la despertó y la ayudo a llegar al aseo y a adecentarse. Después las dos volvieron a bajar a por su ropa y vieron las nuevas manchas de sangre de la colchoneta. Aun no se creían lo que había pasado, Jenny se dirigió a Cris y le ofreció la mano

-Jenny: Amigas?

Cris sorprendida accedió al apretón de manos y las dos sonrieron como si lo que había pasado durante la noche hubiera sido un sueño. Las dos ahora amigas abandonaron el lugar apoyada la una en la otra.

Las chicas desde entonces no volvieron a competir y se hicieron buenas amigas ya que durante el tiempo que duro su recuperación fueron las únicas personas que vieron.



El mismo día que finalizo la pelea Clara llego al caserío, bajo a la cava y abrió un pequeño armario donde había una cámara de video que apuntaba al área de combate. La rubia cogió la cinta de la cámara y salió sonriendo del caserio.

sábado, 16 de noviembre de 2013

PELEA ENTRE ENCARGADAS

Relato cedido por Carlos

Alicia era la encargada de una tienda de ropa femenina que pertenecía a una gran cadena. Tenía 32 años, morena, voluptuosa, 1.68 cms de estatura muy guapa.

Un día un grupo de proveedores la llamaron aparte y le propusieron algo que, en principio, la desconcertó. Querían que hiciera un catfight con otra de las encargadas de otra tienda de la misma cadena. Ella preguntó las condiciones y le dijeron que le pagarían 2.000 euros por la pelea y otros 8.000 si ella era la ganadora.

La contrincante era una mujer de 33 años, llamada Isabel, también morena y voluptuosa, con 1.69 cms de estatura y de gran belleza. Las dos eran muy parecidas fisicamente y entre ellas había una rivalidad muy grande, tanto profesional, como personal.

A las dos mujeres le hicieron la misma propuesta, con las mismas condiciones. Ambas, no se lo pensaron demasiado y contestaron afirmativamente a la propuesta.

Los proveedores les indicaron entonces, naturalmente por separado, los requisitos que tendrián que cumplir para el día de la pelea. Todo ello, se lo comentaron con suficiente antelación, para que pudieran cumplir con los mismos.

Les dijeron que tenán que llevar el pelo largo, de color negro, rizado y suelto; también les dijeron que tenían que llevar las uñas muy largas, afiladas y pintadas de rojo. Naturalmente, muy maquilladas con mucho rimmel y sombras de ojos.

Ellas aceptaron todas las anteriores condiciones y llegado el día de la pelea, las dos cumplían con todo ello.

Fueron citadas en un chalet y allí les dieron la “vestimenta” para la pelea. Sólo llevarían unas medias negras de cristal a medio muslo, sujetas con ligueros y con costura por detrás. También unos zapatos negros de charol, cerrados y lisos, con tacones de 12 cms de aguja sin plataforma. Tan sólo llevarían eso y las dos por igual.

Las mujeres se cambiaron en sendas habitaciones por separado y cuando les dieron la señal las dos aparecieron asi vestidas en el salón mirándose ambas com mucha rabia y rodeadas de doce hombres que gritaban su aparición.

Empezaron a insultarse y a amenazarse como leonas:

-          Isa, eres una puta asquerosa y te voy a dar tu merecido.
-          Tú eres más zorra y te vas a enterar.
-          Lo veremos enseguida.
-          Cuando quieras puta.

En un momento las dos mujeres se engancharon de los pelos con las dos manos tirando con todas sus fuerzas y arrancándose mutuamente los mechones de raíz. Las dos gritaban a más no poder con alaridos de rabia y dolor. El suelo estaba lleno de pelos arrancados por ambas mujeres y mantenían el equilibrio de milagro encima de sus respectivos taconazos.

Todos animaban sin parar, gritando los diminutivos de sus nombres y chillándoles que se arrancaran más mechones una a la otra.  Ellas cada vez más rabiosas, empezaron a clavarse sus afiladas uñas una a la otra sin piedad; primero se atacaron las caras y después bajaron llenando se surcos sus enormes pechos.

-          Aaaaaahhhhh, putaaaaa….te voy a destrozar tus asquerosas tetazas.
-          Uuuuuffffffff, zorraaaa…..te arrancaré yo antes las tuyas.

Las dos seguían de pie con las 20 uñas clavadas en las tetas apretándose cada vez con más saña; los gritos eran agudísimos y se les saltaban las lágrimas por el dolor. Tuvieron que soltarse puesto que la tortura era insoportable y ambas se separaron un metro aproximadamente masajeándose los pechos y viendo como las uñas de la rival habían hecho mella y surcos en las tetas de ambas.

Casi sin darse tregua, se embistieron las dos chocando sus enormes tetas unas contra las otras y después rodeándose ambas con los brazos. Se estrujaban con todas sus fuerzas intentando que la otra no pudiera respirar y clavaban sus uñazas con ahínco en las espaldas haciéndose grandes surcos. Seguían bajando hasta que clavaron con todas sus fuerzas las uñas en los cachetes de los culos y, a la vez, intentaban abrirselos para dejar todo al descubierto.

El delirio entre los hombres presentes iba a más y no paraban de animar con gritos y apostando sobre una o la otra. Ellas seguían de pie abrazadas con las uñas clavadas en los cachtetes intentando levantarse y tirarse al suelo mutuamente, una a la otra.

La postura era muy dificil con los tacones puestos y cayeron al suelo las dos rodando sin parar de tirarse de los pelos y de arañarse. Empezaron a morderse buscando ambas los pezones de la contraria y los aullidos eran tremendos cuando una de las dos conseguía su objetivo. Estuvieron así un buen rato hasta que decidieron separarlas porque el castigo mutuo era terrible.


Se pusieron de pie las dos, insultándose sin parar y con ganas de seguir, pero los asistentes declararon un empate entre las dos y un reparto del dinero en juego. Habrá una próxima revancha ?

miércoles, 13 de noviembre de 2013

ENTREVISTA DE TRABAJO


Mi nombre es Ruth, soy gerente de un prestigioso gimnasio de Valencia, una monitora de aeróbic acababa de jubilarse y se convocaron una entrevista para cubrir el puesto vacante, muchas chicas se presentaron, pues era un gimnasio de clase alta, donde se recibía un buen sueldo, entre todas las aspirantes destacaron dos chicas,  Erika, 18 años, morena, pelo largo, ojos verdes, piel tostada por el sol, 180, delgada y fibrada, 100 pecho, la otra era Sandra, 18 años, rubia, pelo largo, ojos azules, piel dorada, 179 de alta, delgada, fibrada y 105 de pecho, las dos eran preciosas, acababan de  terminar su preparación de monitora y estaban dispuestas a lo que sea por conseguir ese trabajo, las dos bellezas habían sido finalistas, solo quedaba una prueba mas para saber quien seria la afortunada, pero de entrada vi que no estarían dispuestas a jugar limpio.
      Al día siguiente, mientras las esperaba para concluir la selección las oí discutir acaloradamente en el pasillo, a través de la puerta puede escuchar los insultos que se lanzaban, habían empezado un combate verbal y pronto empezarían una pelea en toda regla, pero Sandra paro a Erika diciéndole que ese no era el lugar, que ella conocía uno más idóneo para resolver la situación, entraron a mi despacho y me pidieron un aplazamiento de la entrevista, yo ya sabia que iban a hacer, les concedí el aplazamiento con mucho gusto, estaba deseando saber a que estaban dispuestas a llegar por el trabajo. Cuando salieron las seguí sin que me vieran, me llevaron a una playa apartada, y se dirigieron a un espigon, no se veía a nadie en kilómetros a la redonda, una vez frente a frente Erika dijo que la que perdiese no se presentaría a la entrevista, Sandra asintió, entonces Erika se quito el top, Sandra la imito, se miraban con una expresión furiosa, Sandra solo con unas mallas azul marino y unos deportivos y erika con unas mallas granates y el mismo calzado, sus enormes pechos eran firmes a pesar de su tamaño, se movían al compás de la respiración, y entre insultos aclararon que no habría reglas, todo estaría permitido para ganar y solo acabaría cuando una de las dos quedase fuera de combate, ya no había marcha atrás, sabia q iba a presenciar una cruel batalla donde no habría piedad.

      Erika empuja a Sandra, esta le contesta con una patada entre las piernas, Erika retrocede encorvándose y Sandra aprovecha para darle un puñetazo en la cara y le aparece sangre del labio, Sandra al verla encorvada e indefensa la agarra del cuello con su brazo e intenta estrangularla, Erika tiene frente a su cara los enormes pechos de Sandra que sin dudarlo los muerde, Sandra grita de dolor y suelta su presa, Erika aprovecha ese momento para golpear el estomago de su enemiga, Sandra se dobla y justo en ese momento Erika le proporciona un rodillazo en el rostro, Sandra cae de espalda con la nariz sangrando, en este momento Erika le proporciona una patada en el costado, Erika viendo que lleva ventaja se relaja, en este momento Sandra aprovecha para morder el tobillo de su contrincante haciéndola caer, Sandra se lanza sobre Erika, y la empieza a golpear, Erika agarra a Sandra de los pelos, esta contesta de igual modo, ambas ruedan por el suelo estirándose de los cabellos, ambas luchaban con fiereza, sus cuerpos estaban bañados de sudor, solo se les oía gritar intercalando insultos, en un momento determinado Sandra suelta una mano de los cabellos de Erika y ataca sus pechos, Erika acepta el desafío y ataca los pechos de Sandra, ambas gritan de dolor mientras se estrujaban y herían sus atributos, los enormes y preciosos pechos de ambas contrincantes empezaban a presentar profundos surcos de los q salían gotas de sangre, sus caras eran muescas de dolor por donde resbalaban por sus mejillas gruesas lagrimas, Sandra aprovecha un descuido y ataca con sus dientes el hombro de su oponente, clavándolos fuertemente, Erika pega un grito y de un empujón separo a Sandra, ambas agotadas se separaron y se pusieron en pie sin parar de mirarse con una expresión de furia, ambas tenían los pechos muy heridos, llenos d arañazos de los que brotaba sangre, a Sandra aun le salía sangre de la nariz y a Erika del labio, el sudor recorría todo sus cuerpo, respiraban con dificultad debido al agotamiento, de pronto Sandra como un rayo conecto un golpe en la cara de su rival, de la nariz de Erika empezó a caer gotas de sangre que salpicaban sus pechos, Erika también saco sus puños y empezó un intercambio de golpes donde en ningún momento pretendieron parar o esquivar los ataques, solo devolver golpe por golpe, los rostros, pechos y estómagos de las dos aspirantes empezaron a evidenciar el duro castigo que estaban recibiendo, empezaron a surgir por todo el cuerpo hematomas, los preciosos rostros de ambas chicas ahora estaban deformados por los golpes y llenos de heridas, sus bocas y narices no paraban de sangrar, apenas deberían ver, pues los ojos los tenían entreabiertos por la hinchazón de los golpes, de repente se separaron, a duras penas se mantenían en pie, y por sus expresión con el ultimo ataque acabaría todo, iban a empelar todas las fuerzas que les quedaban para acabar la una con la otra, pues no podían aguantar mas este ritmo, llevaban ya 20 minutos y ninguna había podido superar a la otra, ahora estaban al limite de sus fuerzas. Las dos iban a hacer un ataque a la desesperada, yo sabía que iban a  acabar en mal estado y viendo el final de la pelea estaba próximo llame al hospital, pues una de las dos necesitaría atención médica. Las dos bellezas se abalanzaron la una contra la otra como dos fieras salvajes, chocaron fuertemente y se agarraron de los cabellos, se tambaleaban de un lado a otro mientras se arañaban, mordían y se tiraban del pelo, nuevas heridas aparecían sin cesar por todo su cuerpo, en especial los pechos, se oían gritos mezclado con llantos, a pesar del dolor ninguna soltaba a su presa, y a cuanto mas dolor recibían con mas fiereza contestaban, en un momento dado llegaron al borde del espigón, las chicas intentaron tirar a su contrincante a las rocas pero ninguna pudo definir su intención, pero perdieron el equilibrio y ambas cayeron, tras un fuerte golpe quedaron en el suelo tendidas sin sentido con sus cuerpos prácticamente destrozados encima de las rocas, la ambulancia no tardo en llegar y las atendieron, no sufrieron daños graves, aun así tuvieron que ser ingresadas, al día siguiente ninguna pudo asistir a la entrevista por lo que ninguna de las dos se incorporo en mi gimnasio como monitora. El tiempo que pasaron en el hospital no se dirigieron la palabra pero yo sabía que esto no podía quedar así y que tendrían más oportunidades para demostrar quien era la mejor.

ELANORA

Relato aportado por Rogueneitor

Elanora es una atractiva mujer de 33 años, esta australiana de pelo castaño liso a juego con sus ojos suele atraer muchas miradas con sus generosos pechos y su prieto y redondeado trasero.
Su metro con setenta y seis centímetros sumado a su peso de 71 kilos sumado a la feminidad de su rostro podían haberla dado un trabajo de modelo o actriz desde los 17 años, pero decidió prepararse para llegar a su actual trabajo como guía turística. Muchas de las personas que la han tenido como guía dirían que es una persona dulce y agradable, pero esconde una afición con tintes de fetiche, la encanta medirse con otras mujeres en cualquier terreno.
Una de las competiciones que mas la encanta es el sexfight, la mezcla de rivalidad y placer entre dos mujeres la deleito cuando tenia 22 años. En aquella época llevaba poco tiempo trabajando cuando una turista americana pelirroja y de cuerpo escultural se paso el día contrariandola. Durante la cena en el hotel ambas cenaron una al lado de la otra.
- Ha sido una excursión interesante – dijo la americana susurrando – y has aguantado mis provocaciones. - Te retaría a una pelea – comento Elanora en el mismo volumen – pero me habrían despedido al ver las marcas de la pelea. - ¿Crees que puedes derrotarme en el duelo que elija? - la pelirroja pregunto lanzando encubiertamente el desafío. - Si, te puedo ganar – respondió sin dudarlo. - Nos veremos a medianoche en mi habitación y te explicare las normas del duelo.
Tras terminar de cenar se fue rápida hacia el cuarto que tenía en el hotel, blanca por el miedo a que la despidiesen si se enteraban de la pelea con la clienta. Tras una ducha y algo de relajación opto por ir hacia el final con el reto de la turista, se vistió de manera casual y fue a su encuentro. Por suerte sabia que viajaba sola. Cuando estaba a punto de llamar, la puerta se abrió, dentro estaba la extranjera esperándola desnuda, cerro la puerta y mientras se preparaba para resolver las diferencias escuchaba las normas del enfrentamiento.
Cuando ambas estaban desnudas se fueron hacia la cama del cuarto, subiéndose ambas de rodillas, el coño pelirrojo contrastaba con el suyo castaño, lentamente y de manera desafiante las dos mujeres juntaron sus cuerpos acercando los dos triángulos velludos para el enfrentamiento, los pechos se aplanaron con los pezones duros rozándose mutuamente generando una descarga de excitación.
Silenciosamente las entrepiernas se encararon con ligeros golpes acompasados por los movimientos de la pelvis, era la primera vez de este tipo de competición que tenia Elanora, pero eso no la echaba atrás, la respiración fue acelerando a cada roce de los coños. Con cada ondulación del cuerpo ambas bellezas sonreían seguras de lograr acabar a la que tenia delante antes, se miraban fijamente mientras la excitación crecía y el momento del orgasmo se acercaba segundo a segundo.
Para evitar separarse ambas mujeres se agarraron de los pelos de la nuca con una mano y el trasero con la otra, el éxtasis estaba a punto de derrotar a la australiana cuando sintió como el orgasmo de la estadounidense decidía el reto y se tumbo en la cama derrotada, momento en que la castaña terminaba alcanzando el placer.
Cinco años mas tarde durante una baja por afonía, estaba disfrutando de un fin de semana con su pareja Frank tuvo un roce con una mujer llamada Angela, la cual era un buen desafío. Como ambas mujeres no querían estropear el fin de semana quedaron por la noche en la playa para
buscar una solución. Con un ligero bikini negro fue hacia la cita en el lugar acordado.
- Hola Angela – saludo cuando la vio en la playa. - Hola – respondió Angela que llevaba un bikini blanco – me gusta las mujeres que cumplen con sus compromisos. - Me alagas – dijo sonriente – pero no hemos quedado para intercambiar elogios ¿verdad? - Cierto, me gustaría derrotarte como la puta que eres. - Tienes suerte desnudémonos y que nuestros coños decidan perra.
Los bikinis volaron al suelo dando comienzo al enfrentamiento, se abrazaron mientras metían sus muslos entre las piernas de la rival, empezando a acariciarse mutuamente.
La intensidad iba creciendo mientras ambas mujeres demostraban que eran veteranas en este tipo de competición, intercambiaban insultos, las oleadas de placer producidas por los movimientos de caderas eran reemplazadas por la presión de las manos en los pechos.
La arena cubría parte del cuerpo pegándose por el sudor provocado por la excitación de las dos mujeres que estaban gozando de los roces mutuos.
La luna iluminaba a las dos amazonas mientras aumentaban el ritmo frenéticamente, los clítoris ardían con los roces haciendo que los cuerpos temblasen, Angela y Elanora respiraban aceleradamente buscándose mutuamente los ojos en la oscuridad.
El duelo estaba llegando a su cenit cuando Elanora obtuvo la mejor situación elevando las caderas a la vez que se apoyaba sobre el sexo de su rival.
Sonriendo por la futura victoria, volvió a la arena sorprendida por Angela, ambas tenían sus redondos culos en la arena dejando de nuevo igualada la situación.
Cualquiera de las dos podía ganar esa noche, los dos cuerpos se movían como si fuesen oleaje, de arriba a abajo entre jadeos.
Las pulsaciones de Elanora la indicaban que estaba a punto de perder cuando su adversaria llego al clímax y con un gran gemido tuvo que admitir su derrota.
Tras acabar las dos mujeres, se dirigieron desnudas al mar para quitarse la arena de sus cuerpos y refrescarse a la vez. Sin embargo la mala actitud de antes ya había desaparecido.
- Ha sido increíble – dijo Angela. - Digo lo mismo. - Me gustaría poder repetirlo mas veces. - Mas adelante lo repetiremos.
Tras esa promesa las dos mujeres intercambiaron sus datos y empezaron una amistad muy intima a base de sexfights.
Siete años mas tarde, por trabajo tuvo que ir a una feria de turismo en España, la monotonía del stand dando folletos y las charlas de la tarde la aburrían mucho, deseaba tener algo que rompiese la regularidad del día a día.
Una noche, de camino al hotel donde descasaba, una rubia se la acerco, la recordaba de cruzarse un día con ella antes de entrar en su stand. Era una mujer de piel clara, cara un poco alargada y unos labios gruesos y rojos, los ojos azules de color hielo se cruzaron con los castaños de Elanora.
Ambas mujeres llevaban una blusa de seda y una falda que les legaba hasta las rodillas pero no lograban ocultar las sugerentes formas de los cuerpos de sus cuerpos. Una delante de la otra se estuvieron observando silenciosamente durante unos minutos.
- ¿Eres Elanora? - pregunto con un ligero acento francés. - La misma - respondió - ¿y tu eres? - Me llamo Juliette, había oído hablar de ti durante estos días y me picaba la curiosidad. - Escuche rumores sobre una francesa que era muy popular en la feria – replico - ¿eras tu? - Lo seria si no fuese por ti – respondió –. Por eso estoy aquí. - Entiendo – dijo –. Tengo algo de sed ¿tomamos algo? - Vale.
Media hora después tenían un buen sitio en un pub, las copas habían roto un poco la tirantez de su encuentro, pero seguían un poco recelosas, la una estaba celosa de la atención que atraía la otra.
Hablando ambas descubrieron que tenían una afición común, con una mirada cómplice decidieron como iban a resolver su mutua rivalidad.
Terminaron la copa y se dirigieron hacia la casa que tenía alquilada la francesa para ese mes, despejaron la alfombra que había en el salón para así poder tener el encuentro. Tras dejar libre de todo obstáculo la zona de la lucha se desnudaron lentamente dejando la ropa en el sofá.
- ¿Preparada para ser humillada? - dijo la francesa. - No veo nada que me de miedo – respondió la australiana tras mirar de abajo a arriba el cuerpo de su rival -. Si te gano me llevare un trofeo... - Tu seras la que pierda algo.
Las dos mujeres desafiantes se arrodillaron una delante de la otra, mientras aplastaban sus firmes pechos se dieron un beso de desafío, demostrando que ninguna de las dos pararía hasta derrotar a la otra.
Se separaron y el triangulo de cabellos dorados de Juliette se encaro con el de los cabellos mas oscuros de Elanora, en un enérgico golpe los labios de las entrepiernas se encontraron. Ambas sentadas frente a frente, se agarraron por los hombros para así poder dar mas energía en el duelo.
Las dos mujeres estaban tan enfrascadas en el duelo que en cada movimiento de caderas se golpeaban con los pechos clavándose los duros pezones mutuamente, como si quisiesen que el combate fuese en dos frentes. El tenerse tan cerca las excitaba y las motivaba para lograr que la otra gritase de placer.
Veteranas de otros enfrentamientos, decidieron darlo el todo por el todo y empezaron a forcejear para poner a la otra de espaldas al suelo y lograr algo de ventaja por la posición.
La pasión crecía como lo hacía la humedad de sus sexos, ninguna lograba la ventaja necesaria para salir victoriosa del lance, el poco descanso que se dan es para cambiar de posición alargando el tiempo en que los clítoris se encuentran humedecidos.
Estaban ambas a cuatro patas culo con culo rozando sus coños, dando todo para poder terminar, pero el combate se alargaba demasiado, haciendo que tanto los sexos como los cuerpos de las mujeres estaban completamente mojadas.
La rubia y la morena estaban casi al limite, todas las fibras de las dos féminas temblaban por el éxtasis. Cambiaron a una posición mas cómoda para ambas, tumbadas con los coños ardiendo usaron sus mejores movimientos en busca del deseado final.
- ¡NOOOO! - exclamo Juliette al tener el orgasmo.
Con la francesa casi rendida en el suelo y con sus ultimas fuerzas moviendo la cadera, Elanora tuvo su climax.
Tras descansar unos minutos, las dos mujeres se pusieron de pie. Juliette acepto su derrota y le permitió a la australiana llevarse un trofeo. Tras mirar detenidamente en el armario vio un elegante y caro vestido negro de noche que lo eligió como premio.
Tras eso se separaron con el requerimiento de la rubia para una revancha.
Fin

domingo, 10 de noviembre de 2013

MI REGALO PERFECTO

Relato aportado por Rogueitor


Llevaba ya cuatro meses saliendo con Ana una escultural morena de metro setenta de altura y unos setenta kilos. Un día llega a mi casa y encuentra el ordenador encendido con una pagina Web en la pantalla cuyo nombre es el foro lucha erótica, me pregunta si me gusta y con la voz entrecortada la digo que si.

- Bueno nadie es perfecto - me responde con una sonrisa picarona.
 
Pasan meses de confesarle ese secreto y ella me mira con una luz en sus ojos que no puedo descifrar, y mientras tanto se acerca el día de san Valentín. Yo ya la tengo su regalo comprado pero ella me ha prometido que tendré una "sorpresa especial", expectante a esa sorpresa intento averiguar de que se trata pero ella no suelta nada. Llego el día y por la tarde la entrego su regalo que es un vestido que le gustaba el cual con complicidad de una amiga suya había comprado, ella me dirigió hacia mi regalo aun intrigado por lo que era. Llegamos a un chalet alejado de la ciudad y entramos, tras eso me dijo que me pusiera cómodo, lo hice aunque el salón parecía un poco espartano. A los cinco minutos llega una pelirroja de cabellos un poco más largos que los de Ana y se presento como Ángela, al rato se escucha un "Ángela ¿vienes?" y me quede más intrigado aun si se podía.

Tras un tiempo sin saber si espiar a las chicas o no escucho como Ana y Ángela me llaman diciendo que baje. Llego a lo que parecía por la ubicación el garaje aunque estaba aislado, tenia en todo el suelo colchonetas y un diván cerca de una de las paredes, cuando termino de bajar empieza a sonar música de película romana y aparecen Ana y Ángela ambas vestidas con minúsculas túnicas blancas atadas con una cuerda las cuales dejan ver sus torneadas piernas y sus pies descalzos. Me llevan al diván y tras sentarme me sirven un poco de bebida.

- Ahora que estas cómodo empieza el espectáculo - dicen a la vez mirándome -. "Ave Caesar, morituri te salutant".

Con ese saludo ambas dirigen su mirada la una hacia la otra y empiezan a girar con las manos en garras, tras la segunda vuelta competa se dirigen la una hacia la otra cogiéndose de las manos. Ahí me doy cuenta que ambas son casi de la misma altura y peso además de ser casi parecidas lo que en algunos casos suele ser señal de una pelea difícil para ambas participantes, durante la prueba de fuerza Ana pierde un poco de terreno, el cual tras una mirada lo recupera y hace retroceder a su contrincante; tras unos segundos de tira afloja se separan y ambas dicen:

- Aquí se termina el teatro y empieza lo bueno.

Vuelven a cargar pero esta vez las manos no se dirigen hacia las manos de la rival si no a su cabellos los cuales estaban sueltos y ondeando al aire, tras alcanzarse las manos se llenan de cabellos rojos en los de Ana y negros en los de Ángela y se ponen a llevar la cabeza de la rival de un lado a otro intentando además de hacer daño conseguir que se caiga al suelo. Tras unos minutos así Ángela deja una mano en la cabeza de mi novia y la dirige hacia el hombro que tiene la sujeción de la túnica, Ana al ver el movimiento acepta el desafió soltando ella también una mano buscando la túnica de la rival. Durante el intenso forcejeo las dos manos buscan destrozar la ropa de la rival, primero se rompe la de Ángela y segundos después la de Ana, mostrando en ambos cuerpos una figura bien contorneada y pechos firmes. La piel de ambas amazonas empezaba a brillar aunque tal vez por la tez mas oscura de mi novia se notase mas en ella aunque yo no estuviese totalmente seguro, instantes después de soltar los trozos que ambas se habían llevado de la prenda de su antagonista se lanzaron hacia adelante chocando sus hermosos pechos y sujetándose la una a la otra en un abrazo en el cual se mezclaba le tez mas clara de la pelirroja con la oscura de la morena formando una especie de jing jang que intentaba devorar el uno al otro.

En un momento ambas caen y empiezan a rodar por el suelo, tirándose de los pelos por detrás y sujetando un pecho de su enemiga para tenerla bien sujeta, siguieron rodando durante minutos sin que ninguna de las dos se quedase encima de la otra más que unos segundos. En uno de esos momentos en que la amazona se coloco arriba se sentó en los hombros de la que era mi favorita aunque la que estaba dominando tampoco era un cardo y parecía una digna rival de quien había preparado mi regalo especial. La dominante guerrera empezó a dirigir su trasero hacia la cara de la subyugada pero en un momento de despiste Ana logro zafarse de la humillante sentada que quería practicarle su rival aunque con el lance perdió lo que le quedaba de túnica. Ambas se levantaron, mi novia se quito la cuerda que antes sujetaba la pequeña prenda.

- Animo Ana – digo en ese momento.
- Tranquilo tigre que esa tigresa decorada la arena de combate – responde Ángela.

Empiezan a dar vueltas otra vez tras ese breve descanso y el fuego de los azules ojos de mi novia arden con más intensidad y buscan los ojos verdes de su rival, tras el momento en que fijan sus miradas la pelirroja se lanza a por la morena la cual aprovecha para usar su velocidad y derribarla dejándola sin lo que llevaba unos minutos siendo una minifalda.

- Creo que la leona ha perdido algo – contesta Ana al anterior comentario de su adversaria.

En este momento me doy cuenta de lo especial que me esta haciendo sentir Ana, no solo me prepara una pelea si no que lo da todo para ganarla delante mía, mientras divago ambas volvieron a caer al suelo en un sudoroso combate pecho contra pecho sexo contra sexo en el que están muy igualadas y ninguna quiere ceder terreno, pero durante un momento pierden el paralelismo que llevaban y veo como Ana sujetando una pierna empieza a presionar sus muslos contra la cabeza de Ángela la cual logra liberarla y busca un enfrentamiento entre iguales atenazando con los miembros inferiores la cabeza de su rival. Ambas están quietas en el suelo con las manos luchando por conseguir un hueco por el cual pueda entrar el aire durante minutos pero tras ese enfrentamiento Ana suelta la llave y se rinde.


Es una decepción relativa para mí, aunque perdiese vi que dio todo en esa pelea, eso me enorgullecía y como había visto que fue una dura pelea felicite a ambas. Tras ducharse y vestirse tomamos un refrigerio en el chalet, durante la cena Ángela me contó que era una antigua amiga del colegio de Ana que habían coincidido durante el verano antes de conocernos en la playa observando una pelea, como a ambas eran aficionadas en este mundo decidieron que cuando surgiese un buen motivo tendrían una pelea deportiva. Aunque me sentí un poco utilizado las perdone porque me gusto el enfrentamiento aunque claro hice que prometiesen que en el verano Ana tuviese el combate de revancha.