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domingo, 6 de septiembre de 2020

EL DESPERTAR. PRIMERA PARTE. EL ENCUENTRO DE MERXE Y ANA


 

Esta es la historia de como empezó todo para mi, me llamo Mercedes, pero todos me llaman Merxe, en esa época era una niña de 14 años de la parte rural de murcia (de la huerta como aquí decimos), vivía en una familia modesta sin muchos lujos, pero como la mayoría de familias de la zona, aquí era normal resolver las diferencias con las manos, por lo que he tenido varias peleas tanto con niñas como con niños en la escuela.

A pesar de estar en el colegio ya tenia un cuerpo que muchas adultas envidiaran, era alta para mi edad (1,65m), muy guapa, con cara de ángel, unos ojos castaños grandes, con una larga melena negra, cuerpo moreno, esbelto y tonificado de trabajar el campo después de las clases, y mi mayor orgullo, mis pechos, con una 95D, eran abundantes, con una forma redondeada, firmes y suaves, una areola grande y rosácea oscura, con mis pezones bien alineados ni muy largos pero tampoco cortos, yo pensaba que eran las mejores tetas del mundo, ninguna del colegio podía compararse con mi cuerpo, por lo que las peleas que había tenido las había ganado fácilmente o simplemente no se habían atrevido a pelear conmigo. Ademas, tampoco era una cosa que me interesara mucho, si tenia que pelear lo hacia, pero intentaba que se terminara lo antes posible, esto era así hasta aquel día.

Era el primer año que iba a ir a la fiesta grande de mi ciudad yo sola, al Bando de la Huerta, al vivir en la zona rural había un paseo de mas de media hora, cosa que realmente no me importaba, me levante pronto por la mañana y me puse mi traje de “Huertanica” y me dispuse a pasármelo en grande, mi padre preocupado por que volviera sola de noche por los huertos hablo con el vecino de un par de caminos mas allá y acordaron que su hija y yo fuéramos juntas para que no pasara nada, ella se llamaba Ana, a pesar de ser vecinas y de mi misma edad nunca habíamos hablado, simplemente saludarnos cuando nos cruzábamos. Ana era una chica de pelo negro como yo, y también alta para su edad, nos encontramos en el camino principal y con dos besos nos saludamos cordialmente, no recuerdo haber estado tan cerca de ella nunca, me fije un poco mas detenidamente en ella, era de mi misma esturara, pelo largo, buena figura y piel clara, ojos grandes castaños con cara de niña pilla, todo fue bien de camino, hablamos de clase, de las vacaciones, y alguna trivialidad mas, una vez en Murcia cada una se fue por su lado con sus amigas, quedamos a las 9 de la noche para volver y estar como muy tarde en casa como nuestros padres habían ordenado.

El día paso y yo lo pase genial, incluso me atreví a beber un par de copas, me despedí de mis amigas y fui donde habíamos quedado, al poco llego ella, también algo bebida y nos dispusimos a irnos a casa, de camino un grupo de chico del instituto nos llamaron y nos invitaron a ir con ellos, había uno especialmente guapo. Ana y yo nos miramos y dijimos, por unos minutos tampoco pasara nada, asique fuimos con ellos, enseguida quedo claro que las dos nos interesamos en el mismo chico, el resto de amigos se cansaron y se fueron a buscar alguien que les hiciera caso.

Ana y yo intentábamos llamar su atención y nos interrumpimos cuando hablaba la otra, así pasamos un buen rato hasta que el chico guapo se canso de nosotras y se fue con sus amigos. PERO QUE TARDE QUE ES, sin darnos cuenta ya eran mas de las 10, ya era completamente oscuro y lo único que teníamos para iluminarnos era la luz de la luna, para atajar nos metimos a través de los huerto de limoneros, ambas sin decirnos palabra, enfadadas por lo que había pasado, íbamos prácticamente corriendo, y cruzándonos una con la otra hasta que chocamos. Las dos paramos de golpe y nos mitramos fijamente.

-Ana: Que pasa, no tienes bastante con meterte en medio todo el rato que ahora tienes que estar cruzándote

-Merxe: Eres tu la que no para de cruzarse, ¿que culpa tengo yo que no sepas cuando sobras?

-A: Aquí la única que sobra eres tu Merxe

-M: Si estoy aquí contigo es porque me han obligado, no tengo ni pizca de ganas de estar con una puta como tu

-A: a quien llamas puta, guarra?

Nos miramos durante un instante en silencio y de pronto nos lanzamos la una contra la otra, entrelazando los dedos en el pelo de la otra tirando de un lado para otro, no tardamos en caer al suelo, el voluminoso traje de huertana apenas nos dejaba movernos , parecíamos dos tortugas panza arriba.

Nos separamos y nos incorporamos como pudimos mirándonos fijamente, lejos del camino, en medio de un gran huerto de limoneros.

-M: te vas a arrepentir de esto.

Le decía mientras empezaba a soltar los botones de mi traje

-A: Eres tu la que se va a arrepentir.

Ella también se estaba soltando los botones, mirándonos fijamente con cara de odio, sin apartar las miradas mientras íbamos tirando las prendas hacia atrás hasta que nos quedamos unicamente en ropa interior, con cara de sospesa nuestras miradas se fueron directamente al sujetador, nunca habría pensado que esa niña podría tener semejante pecho, yo que siempre había estado orgullosa del mio ahora miraba con reservas el de Ana, sus ojos no se apartaban de los míos.

-M: Que pasa, nunca vistes un buen par de tetas?

-A: Todos los días veo las miás que son las mejores

Con una mirada todo estaba claro, los sujetadores fueron al suelo y nuestros pechos botaron libres, desafiando la gravedad, no podía creer lo que veía, era como mirarse en un espejo, mas claras de piel y con areolas mas rosacea pero mi mayor orgullo estaban duplicado, apreté los dientes, roja de ira, ella estaba igual, enfurecida.

En un segundo nos habíamos lanzado la una contra la otra gritando, del choque habíamos ido directamente al suelo, ahora si, con libertad de movimientos, nuestros cuerpos muy juntos con las piernas entrelazadas y con las manos unidas en el pelo de la otra rodábamos por el suelo como dos animales, arrancando mechones y volviendo a introducir la mano en el pelo rival a por mas.

Una de las manos bajo por la espalda arañando la con las uñas según iba recorriendo la hasta llevarla casi al culo, yo mientras con la mano derecha seguía amarrada a su pelo mi mano izquierda fue a arañar su linda cara, pero ella soltó mi espalda y entrelazo sus dedos con los míos., ella fue ahora la que soltó mi pelo para atacar mi cara, así que yo tuve que soltarla también para evitar que llegara a su objetivo, así ambas seguimos rodando por el suelo con las manos entrelazadas y las piernas anudadas. Cuando una ganaba la posición superior daba pequeños saltos con el cuerpo para chafar el cuerpo rival contra el suelo, así hasta que cambiaba la posición. Durante un buen rato estuvimos forcejeando en el suelo, sin que ninguna sacara ventaja, ahora las dos de lado mirándonos fijamente.

-M: Eres una puta de mierda.

Le dije mientras le escupía en la cara

-A: Maldita guarra, tu eres la puta.

Ahora fue ella quien me escupió a mi

Esto no hizo mas que encendernos, pero estábamos en punto muerto, las dos estábamos inmóviles esforzándonos por no ceder terreno, Ana lanzo sus dientes contra mi cara que pude mover para que solo me rozara la mejilla, si quería ser una perra yo no iba a ser menos, lance mis dientes hacia ella y después ella hacia mi así sucesivamente, las dentelladas rozaban la cara rival unas con mas acierto otras con menos, hasta que lanzamos una al mismo tiempo chocando cara con cara, nos soltamos de inmediato para llevarnos las manos a la cara, rodamos cada una hacia un lado poniéndonos de rodillas, como podía doler tanto este golpe, algo caliente recorría mis manos y caía hasta mi pecho, mire mi mano y la tenia llena de sangre que caía abundantemente de mi nariz, mire con rabia a Ana, ella también le había saltado la nariz y la sangre se le escurría entre los dedos , tenia varios arañazos en la cara de mis dientes, el cuerpo bañado de sudor y barro, y sus pechos estaban bañados en sangre, enseguida comprendí que su aspecto no era muy diferente al mio.

Las dos salimos corriendo la una contra la otra, nuestros ensangrentados pechos chocaron bruscamente haciéndonos retroceder un par de pasos por el impacto, inmediatamente recuperamos el equilibrio y lanzamos el puño derecho contra la mandíbula rival, el golpe hizo que las dos claváramos la rodilla en el suelo, sin levantarnos una lluvia de golpes fue en la dirección de la otra, sin ninguna intención de protegernos solo nos preocupábamos de dar golpe por golpe, tras un duro intercambio Ana se lanzo encima miá haciéndome caer de espaldas con ella encima con su cabeza a la altura de mi pecho, lo que aprovecho para clavar sus dientes en el. El grito que di resonó por todo el huerto, mis uñas recorrieron su cara dejando surcos de sangre por donde pasaban, fue ella ahora la que grito, haciéndose para atrás para evitar mis uñas y cayendo de culo, me puse de rodillas y ella hizo lo mismo, las dos no nos quitábamos el ojo de encima, respirando con dificultad exhaustas pero sin ninguna intención de parar, lance mis uñas contra ella y dieron en el blanco, habían dejado marca en sus preciosos pechos, pero antes que pudiera alegrarme un zarpazo había recorrido los míos., loca de ira agarre sus tetas y las apreté con todas las fuerzas que me quedaban clavando mis uñas en ellas, sus garras cosieron las miás devolviéndome el favor, ambas apretando con todo nuestro ser mientras gritábamos a pleno pulmón sin soltarnos nos apoyamos en el hombro rival clavando ahí nuestros dientes, para ahogar el grito y mordimos y mordimos hasta que tuvimos la boca llena de sangre, Ana y yo casi al mismo tiempo nos empujamos para separarnos, apenas pudimos ponernos en pie, tambalenadonos fuimos la una hacia la otra, frente a frente otra vez Ana golpeo mi estomago, una bocanada de saliva la cubrió, ahora fui yo la que la golpeo en el estomago, Ana y yo nos ampollamos la una en la otra para no caer redondas al suelo, rodee su cuello con mis manos y apreté con las pocas fuerzas que me quedaban, note como mis uñas se clavaban y como sus manos envolvían mi cuello y empezaba a apretar, las dos apretábamos y ninguna soltaba, apenas podía respirar, todo daba vueltas, caímos de rodillas pero seguimos apretando , después caímos una al lado de la otra al suelo, pero seguimos apretando, todo se ponía negro y nuestras manos se soltaban, según entro el aire a nuestros pulmones empezamos a toser, apenas puedo moverme pero no voy a dejar que esta puta se salga con la suya, paso mis brazos a su alrededor, y empiezo a comprimir su cuerpo contra el mio, ella también me abraza y nos estrujamos mutuamente, nuestras piernas vuelven a entrelazarse, ninguna quiere ceder, nariz con nariz nos miramos fijamente mientras lloramos como las niñas que somos, abre la boca y yo la miá y nuestro dientes chocan mientras nos mordemos boca a boca como dos animales, la sangre de nuestras narices sigue cayendo ahora sumada ala de nuestras encías, seguimos apretando, los pechos van a reventar, seguimos apretando, no podemos apenas respirar, seguimos apretando, todo se vuelve negro, dejamos de apretar.

Al día siguiente nuestro padres nos encontraron en el abrazo mortal con los dientes de la una mordiendo a los de la otra, en el suelo, cubiertas de heridas y sangre. Corriendo nos llevaron a la casa de socorro, todo estaba bien, no había daños grabes salvo el de nuestro amor propio, en el camino de al lado de casa había encontrado a mi nemesis.

Cuando llegamos a casa nuestro padre nos dieron la bronca de nuestras vidas, nos castigaron dos meses sin salir de casa y por supuesto nos prohibieron volver a vernos, pero no podía sacarte de mi cabeza, Ana, cuando volveremos a vernos?





3 comentarios:

  1. Hi: excelente y pintoresco relato...muy excitante! ¿Una esperiencia real o imaginada?...

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  2. Se que mucha gente no lo creera pero esta basado en una experiencia real (no mia) pero si cercana a mi

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